lunes, 30 de mayo de 2011

EPÍLOGO


Creemos en lo que se nos enseña y son más fanáticos quienes menos saben de las evidencias en las que se basa su credo.

Albert Pike


El presente sitio no pretende cambiar una realidad forjada durante milenios en las mentes de las personas. No es intención del autor que sus lectores compartan enteramente las ideas aquí plasmadas. El objetivo es contribuir a despertar del retorcido engaño con que las religiones cristianas subyugan a sus crédulos fieles. No es mala idea oponerse a la fe, en busca de la verdadera sabiduría; aquella que somete todo al juicio y a la razón, antes de aceptarlo o procederlo. Si te ofende, lector, lo que vas a hallar aquí, entonces tu mente es cerrada y vives feliz en el engaño y la falsedad con que te han formado; si tu mente tiene inculcado el vicio de la religión, quizá no te guste, o no quieras aceptar lo que leas... Pero juzga por tí mismo si lo que aquí se expone no es acaso lógico o racional.

LA BIBLIA no es "palabra de dios" ni fue escrita por personas con "inspiración divina". Esto puede notarse por la enorme cantidad de absurdos y errores que contiene; sencillamente es un libro sobreestimado de una manera enfermiza. Es una colección de textos alegóricos y simbólicos cuya representatividad se relaciona con el antiguo y patriarcal pueblo hebreo, donde reinaba la credulidad y la superstición. Una manera sabia de leer la biblia [si acaso alguien necesitase leerla en absoluto] sería en sentido figurando [como todos los mitos y leyendas] y jamás al pie de la letra. Si bien la biblia ha alcanzado el gran éxito que tiene en la actualidad como libro impreso, no se debe a una obra divina, sino a la gran campaña literaria de sus redactores y al uso que le han dado las religiones para acaparar y dominar a las masas humanas. Los líderes religiosos no permiten que decrezca la influencia de la biblia en la mente y el corazón de los creyentes, pues, de una forma u otra, la religión significa lucro para las iglesias.


LO QUE LLAMAMOS DIOS es real, existe, pero no debe concebirse como un "ser divino" o una "entidad omnipotente", sino que es algo más allá del entendimiento humano. Por tanto es totalmente absurdo considerarlo como un motivo de lucro, sumisión, anuencia, alabanza o adoración. Lo que genéricamente denominamos "dios" es más bien una "energía universal" que rige el conjunto de todas las leyes del cosmos, y denota su influencia por doquier se observe en la naturaleza; pero tal energía es absolutamente impersonal [sin una apariencia definida, ni nombre propio, ni sexo masculino], por lo que es ilógico obsesionarse con la "fe". El dios de la biblia es un mito de la cultura hebrea, que millones de personas han adoptado como producto de consumo masivo espiritual.

LA CREENCIA EN UN CRISTO, salvador o redentor de la humanidad, hace del dios de los cristianos un ser negligente y cruel, permitiendo que su hijo muera impunemente, sin que el mundo cambie. Tras la supuesta venida, muerte y resurrección de Cristo, todo siguió como siempre; el sacrificio del Hijo fue inútil pues el Padre no hizo nada, con lo que la humanidad jamás obtuvo la pretendida "redención". Pregúntate a tí mismo, lector, si ¿después de la supuesta venida de Cristo cambió el mundo? ¿El "cambio" es verdadero, o solamente palabras de "salvación" vacías que se han venido escuchando desde hace cientos de años?
El argumento del "plan divino" en la biblia es ficticio, pues ¿para qué rayos el mundo necesita un salvador, mesías o cristo? Si un dios tan poderoso creó al mundo, ¿necesitaría algún intermediario que intervenga en su obra divina? ¿Cuál es el papel de Jesucristo como "hijo de dios"? ¿No sería mejor que aquel dios omnipotente solucione todo? ¿Por qué complicarse las cosas con profecías, nacimientos virginales, evangelios, "juicio final" y "reino de dios"? Todo al final resulta ser una trama inventada por las religiones con el objeto de prosperar captando la masa de crédulos con el concepto de la "salvación".

LAS RELIGIONES constituyen el mayor obstáculo para el desarrollo del pensamiento y la búsqueda de sabiduría. Lo mejor que puede hacer el ser humano no es adorar algo o alguien ni perder su tiempo en adoraciones, oraciones, rezos, lecturas bíblicas, alabanzas, etcétera
[ningún dios "justo" sería tan arrogante como para siempre estar esperando recibir homenaje de sus creaciones humanas]. Lo realmente importante es hacer el mayor bien posible en cualquier campo de desempeño, por muy pequeño que éste sea. Toda persona que así lo desee, sin importar actividad, oficio o profesión puede contribuir positivamente, en cualquier momento, a hacer de este planeta un mejor lugar para vivir.

EL DIABLO es un mito creado para dar un nombre a la maldad que proviene de la misma naturaleza imperfecta del ser humano. Es ilógico pensar en un dios que creó el mundo por "amor" y permita la existencia de un ser que ocasione sufrimiento y condenación a los humanos que él tanto ama. Y aún suponiendo que realmente exista un "fin del mundo", donde aquel dios suprima a su adversario, durante el proceso la humanidad sufriría enormemente, sin que a dicho dios le importe en lo absoluto. Esto carece de sentido, asumiendo que dios creó el mundo bajo un plan que procede de su infinita "sabiduría". Dios y el diablo, representando el bien y el mal, son inventos del ser humano para intentar explicar una realidad que escapa a su entendimiento.

NO EXISTEN EL PARAÍSO NI EL INFIERNO, pues no hay ninguna noción de suprema justicia en esto. Si un dios quiere premiar a la humanidad con un Paraíso, ¿por qué sencillamente no se lo concede y evita de esta manera el sufrimiento de las personas, o la espera de un terrible "juicio final"? Por otro lado, ¿es razonable creer que por los errores o maldades de unos cuantos años un alma humana tenga que padecer tormentos físicos por toda una eternidad?... Aunque indefectiblemente morimos, nuestras ideas prevalecen en las mentes de las personas en quienes las hubimos plasmado; esto es lo más cercano a la inmortalidad y a la vida eterna.

ingallan33@gmail.com